Veo mucho hype alrededor del nuevo disco de Cave In. Muchos acaban de descubrir a la banda, mientras que otros tantos se han visto envueltos en esa espiral de nuevo reconocimiento de una de las mejores bandas de post hardcore / mathcore de los últimos 20 años.
En 2019, los norteamericanos publicaron contra pronóstico Final Transmission (2019), un disco póstumo en honor a Caleb Scofield, bajisra original de la banda, que murió trágicamente en un accidente de coche durante el proceso de grabación del disco. Para muchos, ese tenía que ser el final del la banda y el título, curiosamente, marcaba que este final sería una realidad. La culminación del disco y la posterior gira fue un hecho, y Nate Newton se unió como bajista temporal, compartiendo su tiempo entre Cave In y los colosales Converge.
Pero de esta unión nació una nueva colaboración. El rey Midas del hardcore, Kurt Ballou, guitarrista de Converge y uno de los mejores productores del mundo, decidió colaborar con Cave In. Y el resultado es Heavy Pendulum (2022), un disco con una producción perfecta.
Pero más allá de esta exquisita producción, ¿qué ha despertado tanto hype en el mundillo del metal? Cave In han dejado de sonar a Cave In, para pasar a ser un popurrí bien labrado a medio camino entre Mastodon y Alice in Chains. ¿Esto es malo? Bueno, no, pero si lo que quieres es escuchar un disco de Cave In, aquí lo encontrarás solo en alguna pincelada. Heavy Pendulum es un muy buen disco de metal moderno, pero demasiado alejado de la esencia de la banda.
Recuperando el tema de la producción, simplemente voy a añadir que, instrumentalmente, el disco es grandioso. Todos los miembros se lucen sobremanera para ofrecernos lo mejor de cada uno de ellos. Estilísticamente, lejos del post hardcore, ahora encontramos grandes dosis de sludge y grunge, metal alternativo e incluso momentos de prog. El sonido del disco, pese a sonar fresco, nos transporta 20 o 25 años atrás.
Riffs gigantes, solos increíbles, juegos de voces sublime. Canciones de calidad más que contrastada como "Heavy Pendulum", "Nightmare Eyes" o "New Reality", e incluso se atreven con una cálida suite que cierra el disco de más de 12 minutos de duración, "Wavering Angel".
En resumen, no mentiré si afirmo que este disco es enrome... pero no son Cave In, lo siento por ser pesado. La banda se ha atrevido a abrazar nuevos sonidos, se ha dejado llevar por la mano y el acierto de Kurt Ballou, lo cual siempre es garantía de éxito. Pero lo que en su momento nos enamoró de esta banda tan avanzada, ha desaparecido casi por completo.
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