Vuelve a la palestra la banda liderada por Brett Anderson para presentarnos su nuevo trabajo, de nombre Autofiction, cuatro años después de aquel sobrio e intimista The Blue Hour (2018). Para esta enmienda la banda ha buscado cambiar de forma radical su manera de grabar sus últimos discos y han decidido encerrarse todos juntos en unos locales abandonados en el ferroviario barrio londinense de King Cross para dar forma a esta nueva obra. La idea de Anderson y compañÃa era revivir la atmósfera de aquellos primeros años de la formación inglesa, dejando fluir de una forma más natural y desnuda tanto el sonido como las ideas. El propio vocalista explicaba:
"¡Autofiction es nuestro disco punk! Sin silbidos ni campanitas. Solo nosotros cinco en una habitación con todos los fallos y errores; la banda expuesta en todo su desorden primario."
Además, Mat Osman añadÃa:
"Cuando estábamos ensayando y escribiendo este disco, era pura emoción fÃsica. Esa cosa en la que te aferras a tu vida."
Para la producción del disco han vuelto a contar con Ed Buller, ausente en el último trabajo de la banda. La grabación del álbum, que ha sido realizada como si de un directo se tratase, se llevó a cabo en los Konk Studios, fundados a principios de los setenta por los hermanos Davies (The Kinks), y que a dÃa de hoy es uno de los estudios privados más antiguos del Londres.
Antes del lanzamiento oficial del disco, aparte de subir a la red un corto de unos 18 minutos, los once temas que conforman este Autofiction se pudieron escuchar en directo Ãntegramente por primera vez en dos conciertos secretos en Londres y Manchester. Anunciándose/escondiéndose bajo el nombre de Crushed Kid, la banda desgranó el 5 y 6 de septiembre en salas pequeñas Autofiction para unos cuantos avispados afortunados. Otro detalle más de la banda por volver a esos tiempos pasados.
El disco se abre con "She Still Leads Me On", que fue el single que eligió la banda como adelanto y es un homenaje a la fallecida madre de Anderson. El corte, al contrario de lo que uno pueda pensar, suena alegre, positivo, luminoso, y refleja muy bien aquellos tiempos en que la banda colgaba anuncios en publicaciones como NME buscando a un guitarrista para empezar a grabar las primeras demos de su debut. "Personality Disorder" abre de manera directa con un "one, two, three, four…" de Simon Gilbert. De estribillo adictivo es machacona y épica a la vez, sobretodo la segunda parte del corte. Con "15 Again" he tenido un fuerte subidón, olor a juventud por los cuatro costados. Fresco tema que también fue extraÃdo como single y del que Anderson dijo: "una canción sobre enamorarse de la vida por primera vez". Personalmente me gusta mucho y creo que va a ser muy celebrada en sus directos. Yo estoy deseando estar vociferando a pleno pulmón aquello de:
"I said 15 again
Oh much too much is not enough
We are stained in our hearts."
Temazo efectivo y 100% sonido Suede. También muy efectivos suenan "Shadow Self", que incluso tiene cierto ramalazo post-punk oscurete, y "That Boy on the Stage", corte autobiográfico donde Anderson explica cómo se transforma al subirse a un escenario.
Al entender como ha sido concebida la grabación del disco y sobre todo al escucharlo en su totalidad puedo entender perfectamente a Anderson cuando afirma que es su disco más punk, pero no te pases compañero, que ni sois Minor Threat ni Buzzcocks. Por mucho que quieran nunca podrán disimular ese aroma a melancolÃa, dramatismo y teatralidad que impregnan sus composiciones. Anderson se desnuda gracias a los teclados y los arreglos de Neil Codling en "Drive Myself Home" y juega con los sentimientos en "The Only Way I Can Love You", otro de los mejores cortes del disco, al igual que los seis minutos de "What Am I Without You?" donde la banda tira de esa épica tan marca de la casa. En este tipo de cortes es cuando Suede sacan a relucir ese estado de ánimo que siempre les ha acompañado en sus composiciones más Ãntimas.
Desde que jitazos como "Beautiful Ones", "Animal Nitrate" o "Trash" me volasen la cabeza allá por los noventa, Suede se convirtieron en una de mis bandas de cabecera y he seguido con atención toda su carrera. La pomposidad épica del nombrado último disco del 2018 o de Night Thoughts (2016) ya me venÃan muy bien, pero cerrar una etapa y abrir otra siempre es necesario, asà que ahora era el momento justo de volver a realizar esa maniobra. Con este Autofiction los de Londres nos demuestran que pueden volver a ser aquella banda que sonaba más directa, más pura, pero, como siempre, sin perder ni un ápice de dramatismo. Este disco podrÃa ser la continuación perfecta a las dos novelas que Anderson ha lanzado a modo de memorias: Mañanas negras como el carbón y Tardes de persianas bajadas, y es que este disco bebe mucho de esos textos.
Ya no es ningún secreto que Suede están pasando por una segunda juventud desde su vuelta con aquel genial Bloodsports (2013), asà lo dejan patente tanto con su concierto de hace unos meses en la sala Razzmatazz como que este nuevo lanzamiento. Larga vida a la bendita juventud de Suede.
FotografÃa: Dean Chalkley